
BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Feinmann y Lanata ahora atacan a Gabriela Cerruti, porque “les dio una lección de cómo hacer periodismo profesional”, cuando en la última conferencia de prensa se le plantó a la enviada de La Nación, cuando le dijo: “Me parece muy raro que un medio utilice un off para titular en tapa, cuando se sabe que ese off debe corroborarse con dos fuentes distintas para tener asidero”.
Lo cierto, también se suma a este coro de “carmelitas desaliñadas y descalzas”, es que un tal Miguel Wiñazki, en Clarín, que sigue con el verso de “los cuadernos de Centeno (que, si no lo sabe, los quemaron ellos) y la ruta del dinero K, cuando todavía Marijuán anda buscando los botones de su camisa que perdió buscando los cofres enterrados en toda la Patagonia, inducidos desde el cuartel general del alfil del Departamento de Estado de EE.UU. en la Argentina, Héctor Magnetto”.
Lo más sustancioso del caso, y eso es lo que no quieren debatir, como lo expresó Cerruti en la conferencia de prensa, “hasta ahora ni el Departamento de Estado ni el Gobierno de EE.UU. emitieron comunicado oficial sobre las declaraciones de nuestro Gobierno en ocasión de su gira por Rusia y China”.
Como se sabe, es que tanto Feinmann como Lanata, acostumbrados a recibir “sobres” de ongs y empresas ligadas a la embajada norteamericana en el país, como de la AFI macrista, están “asustados” que una mujer como Cerruti desnude “su poca capacidad intelectual y permanente cipayaje, porque de otra manera no saben vivir”.

Lo que sí nos parece incorrecto y hasta denigratorio de su propia persona, es la postura de Cerruti, vocera presidencial, al “salir por las redes a tratar de disculparse, cuando había obrado muy bien, con todo respeto, poniendo sus cosas en su lugar sobre un periodismo, que cree que puede hacer cualquier cosa para denigrar a un gobierno o a una persona que no pertenezca a su plan de acción. Eso es defender la libertad de empresa y no de prensa”.