
POSADAS, Misiones (Especial para EL SOL ABC-Por Corresponsalía RSP). Aunque ha mermado la presencia de los productores yerbateros en las rutas, el conflicto sigue latente porque en las redes se publican fuertes debates sobre las culpas que les cabe a los mismos productores que “aras de hacerse los modernos, siguieron a rajatabla las órdenes de los grupos de WhatsApp para que se vote a Milei y a todos los candidatos de La Libertad Avanza”. Hoy se quieren pegar un tiro en el culo, por recontrapelotudos, como les pasa a la mayoría de jubilados y trabajadores de todo el país que creyeron que “les iba llover dólares del cielo”.
Hoy a quienes votaron felices a Javier Milei y su banda de ladrones, quienes están cruzados con denuncias por estafas reiteradas y la comisión del delito de tráfico de influencias y cobro de coimas para Karina Milei, que hoy está acreditada como secretaria general de Gobierno de la Nación, no saben qué hacer. A los nombrados también les caben los delitos de traición a la Patria e incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, por otras denuncias, además del caso de la criptomoneda $Libra.
Así que la situación en Misiones no es para nada buena. Pero todos no ven la hora para votar contra Milei y los candidatos de LLA.


El caso de la yerba mate
Así Agustín Suárez, de la agencia Tierra Viva, indicó en uno de sus últimos informes, la descripción total de por qué se produce el conflicto de los yerbateros: “Mientras las grandes empresas de yerba imponen los precios en supermercados, los productores de Misiones pagan el costo de la desregulación, la apertura de importaciones y se movilizan por un ‘precio justo’. Está en riesgo la existencia de los pequeños productores y cooperativas, como ya ocurrió con políticas liberales desde los años 30 hasta la década de los 90”.
Más adelante agrega: “Los niveles de tensión van en aumento en Misiones. Días atrás hubo desalojos y persecución con fuerzas provinciales a pequeños productores yerbateros. El gobierno misionero sigue jugando a dos puntas: reconoce el reclamo por un precio justo de la hoja de yerba, pero no exige un cambio en las políticas de desregulación que impulsa el gobierno nacional. Esas políticas mantienen consenso entre representantes de la industria yerbatera, mientras que las empresas más grandes incrementan su facturación. Los pequeños productores saben que tienen los días contados y que el paso siguiente será mayor concentración de la tierra.
’’¿Por qué le debe interesar a la gente de las grandes ciudades el conflicto yerbatero en Misiones? Un conflicto tan alejado de la Capital Federal y del resto de los grandes conglomerados urbanos. ¿Por qué tendrían que prestar atención a los cortes de rutas, acampes y tractorazos, incluso cuando ocurran en lugares alejados de uno de los centros turísticos más importantes del país como las Cataratas del Iguazú? Bueno, arranquemos por lo más básico, porque este conflicto define el precio de la yerba en la góndola de los supermercados. Siendo la yerba uno de los alimentos que se encuentra en la mayoría de los hogares, la infusión de mayor consumo en el país.
¿Cómo construye la industria el precio de la yerba? Del campo a la góndola
¿Cómo puede ser que un kilo de yerba de primera marca ronde entre los 3.000 y 4.000 pesos en los supermercados, un precio similar al de diciembre del 2023? Si repasamos el largo proceso de producción y elaboración, este precio no cierra por ningún lado: alguien lo está subsidiando y todo indica que es con la de los productores. ¿Por qué? A los productores se les está pagando entre 200 y 280 pesos, en el mejor de los casos, el kilogramo de hoja verde. Para tener 1 kilo de yerba empaquetada en la góndola, se requieren 3 kilos de hoja verde. De esa manera, sólo en la materia prima, el costo es de 600 pesos. A ese número hay que sumar los fletes internos, el secado, el estacionado, la molienda, el envasado, los costos administrativos, la ganancia de los mercados. ¡Claramente algo pasa!
Las empresas más grandes de la industria yerbatera —en Argentina sólo tres marcas poseen cerca del 40 por ciento de las ventas del mercado interno y menos de diez controlan más del 80 por ciento de la venta, entre ellas, los establecimientos Las Marías (Taragüi), Liebig (Playadito), Santa Ana (Cbsé) y La Cachuera (Amanda)— llegan al precio actual en góndola actual por varios factores: en 2023 remarcaron los precios para cubrirse de la inflación. Si hacemos memoria, el precio tan alto de la yerba fue un tema de discusión pública desde mediados del 2023, esto les dio un gran margen de ganancia y capacidad para retrotraerse con los precios.
También porque en 2024 el consumo disminuyó más de un 9 por ciento, es decir cayó abruptamente la venta de yerba mate, la infusión más popular de la Argentina.
Pero por, sobre todo, la decisión de desregular el Instituto Nacional de la Yerba Mate, a partir del DNU 70/2023, que quitó la capacidad de ese organismo de regular el precio de la hoja verde y le volvió a dar a la industria un lugar por donde ajustar, los pequeños productores.
El riesgo ahora es la pérdida estructural del sector, que desaparezcan pequeños productores, que se pierdan cooperativas, dos de las características principales del sector yerbatero en Misiones, lo que se traduciría en una mayor concentración de la industria en toda la cadena y las tierras en pocas manos.